El día pintába para bien, pero mientras se acercabán las horas, empece a impacientarme,
grabé tu número en mi celular para llamarte y confirmar que solo era paranoia,
pero no lo hice y fui... y a minutos de gopear tu puerta, me preguntaba en la forma mas correcta de saludarte:
"hola" y pasar... "hola" besarte en la mejilla y entrar... "hola" y besarte apasionadamente como la última vez,
en ese mismo lugar, cuando no te queria soltar y volver a la cruda realidad...
de acuerdo, segunda opcion no estuvo mal.
A los segundo me abrazaste, y tuve miedo responderte... Sentia tus manos suaves rodeando mi cintura, tus labios besando mi cuello, el comienzo de mis pechos... y me rendí... te seguí...
te seguí a ese idilio frustrado del cual éramos cómplices... perfectos para mí.
Nos dejamos llevar por el salvajismo carnal que nos tenía de rehén,
y sobre las sábanas desnudamos el alma... y también algo mas...
Me complemente a tu cuerpo, y quizás fue mutuo... no lo sé.
Mire tus ojos y me perdí en ellos.
Me entrelace a tus piernas como enredadera y temí soltarte... temí caer...
caer y despertar y no tenerte a mi lado...
Me hablaste del amor y del miedo... y te creí
del qué pasaría si nos enamoramos... y te mentí.
no le temas a lo imposible amor mio, no lo hagas
vivamos bajo estas goteras que predicen la tormenta... a lo lejos... quizás.
Soltaste tu furia amedrentada por la sociedad,
y sentí que te veía despertar, al abrir tus ojos, de ese útopico sueño que se podía tocar,
me miraste, y bese tu boca... suave, muy suave, y hasta ingenua llegue a pensar,
pero una pequeña corriente fria, quizás, marco el final...
No hay comentarios:
Publicar un comentario